Herta Müller: por una literatura mayor
Conocí a Herta Müller hace varios años.
Fue en la Feria Internacional del Libro
en Guadalajara 2011. Fui a verla, pero el salón estaba tan abarrotado que no
pude acceder. Por alguna razón no la había leído, hasta ahora. No me pesa
aquello, pues siento que ahora que la leo me habla. Llevo apenas dos libros y
algo de obra suelta, pero desde el inicio sentí que mi corazón se ensanchó un
poquito. Esa mujer es otra cosa.
Herta
Müller nació en Rumania, en 1953. Es descendiente de suabos emigrados a Rumania
(Suabia es una región del sur de Alemania). Su lengua materna es el alemán. Vivió
en el Banato Rumano y estudió Filología Germánica y Románica en la Universidad
de Timisoara. Mientras vivió en Rumania luchó por las minorías alemanas que
había en ese país. Desde 1987 vive en Alemania.
Para
entender el choque de culturas de Herta Müller, propongo una analogía con un
ejemplo más familiar: Una persona con descendencia del sur de México en Estados
Unidos. Es el mismo continente, pero hablan otro idioma (además de dialectos) y
la situación política es muy distinta. Agreguémosle que esta persona lucha por
las minorías mexicanas en ese país. Es algo muy complicado.
Ahora,
además de este choque político-cultural, a Herta le tocó pasar por un proceso
más duro: el de una dictadura. Nicolae Ceausescu fue un político rumano que gobernó
la República socialista de Rumania de 1967 a 1989. Durante la primera década de
su dictadura tuvo apertura hacía Europa Occidental y Estados Unidos. Sin
embargo, durante la segunda década del gobierno de Ceausescu el régimen se volvió
cada vez más brutal y represivo. Instauró un riguroso culto a su personalidad,
un exacerbado nacionalismo y un total deterioro de las relaciones internacionales
con diversos países, entre ellos con los del bloque occidental.
Alemania
al ser parte del bloque occidental de Europa, recibió el rechazo por parte de
Nicolae. Herta Müller, a pesar de ser ciudadana rumana, seguía siendo de
nacionalidad alemana, así que se vio afectada fuertemente por esta dictadura.
Ella y todos los alemanes que residían en Rumania. Incluso su madre estuvo en
un campo de trabajo durante algunos años.
Imaginemos
a una Herta de 24 años trabajando como traductora técnica en una fábrica de
metales. Después de dos años de trabajo empezó a ser presionada por un agente de
la Securitate para que colaborara con
el Servicio Secreto. Después de aquello, Herta Müller fue despedida de la
fábrica. A partir de ese momento, comenzaron las amenazas y los interrogatorios
por parte de la Securitate. Herta
Müller trató de ganarse la vida dando clases particulares de alemán a niños
rumanos. En 1987 consiguió el permiso para marcharse a Berlín con su marido (el
novelista Richard Wagner) y su madre. Dos años después detendrían a Ceausescu y
su esposa, para enjuiciarlos y condenarlos a muerte.
Las
grandes historias vienen, muchas veces, de grandes vidas. Este es el caso de
Herta Müller, quien por medio de imágenes poéticas y oníricas nos cuenta las
historias de personas que habitan comunidades germánicas, marginadas y melancólicas.
Con narraciones que deambulan entre lo crudo y lo bello.
En
la novela El hombre es el gran faisán del
mundo (1986) vemos la desintegración de una comunidad alemana asentada en
una Rumanía rural. La novela se va desenvolviendo a través de las vivencias de
los personajes Windisch, su mujer, su hija Amalie, Guardián nocturno, su mujer,
el peletero y su hijo Rudi, la vieja Kroner, entre otros. Todos estos
personajes tendrán en común el anhelo por querer abandonar Rumanía. Sin embargo
esto no será fácil y atravesarán por una serie sucesos que deambulan entre la
incertidumbre, la injusticia y el miedo.
La palabra Faisán en rumano es
perdedor, según las palabras de Müller, es común oír decir a los rumanos “he
vuelto a ser un faisán” para decir “he vuelto a fracasar”. En la novela,
Windisch utiliza la frase que nombra el libro en un momento de reflexión al
pensar en su hija, quien mientras ofrece favores sexuales a un cura y un
policía, para apresurar la llegada de los pasaportes con los que irán de
Rumanía. Aunque por otra parte, Faisán es un tipo de ave que no levanta el
vuelo, más cuando se siente amenazada corre. Aquí podemos hacer una alusión con
los habitantes alemanes que se encontraban en Rumanía y quería huir del mal
trato que recibían por parte de la dictadura.
En este libro, como en la mayoría de
Herta, vemos rasgos autobiográficos de la autora. Por ejemplo hay un pasaje
donde la mujer de Windisch le dice a éste que unos hombres del gobierno
llegaron a quitarles animales y alimentos de su propiedad. En el caso real,
Müller ha declarado que su madre a veces tenía que quitarles alguna extremidad
a los animales, para que los hombres del gobierno no se los llevaran.
En
el libro de cuentos En tierras bajas
(1982), también hay rasgos autobiográficos de la autora rumana, con una
narración, que yo considero, más poética aun que en la novela antes mencionada.
En el libro encontramos historias como: El funeral de un hombre que es
repudiado por haber participado en la guerra (alusión a la segunda guerra
mundial) en donde asesinó a muchas personas y violó a varias mujeres (“La
oración fúnebre”). Una familia de suabos (abuelos, padres e hijo) que se bañan
en la misma bañera, del más chico al más grande, para finalmente sentarse a ver
el televisor un sábado por la noche (“El baño suabo”). Una familia en la que
vemos que la sangre es lo único que une a sus integrantes (“Mi familia”). Un
hombre que le gusta prenderle fuego a los huertos de patatas (El hombre de la
caja de fósforos”). Un niño que es espectador de la infidelidad de su papá con
su tía y no le dice nada a su madre (“Peras podridas”). La descripción que hace
una niña de su familia y su pueblo, por medio de la naturaleza y sus animales,
las enseñanzas de su abuelo, su padre muerto y las ranas alemanas que se
trajeron consigo al emigrar a Rumanía, ranas que croan desde dentro cuando
duermen (“En tierras bajas”). Éstas, por contar algunas de las historias.
Herta
narra con frases, muchas veces, colocadas de manera yuxtapuesta. Como si los
textos fueran cuadros llenos de imágenes y símbolos. Todo esto con una
magistral belleza, la cual le valió ganar el Nobel de Literatura en 2009.
Ahora,
después de haber hablado brevemente de dos libros de Herta Müller y apelando al
título de este trabajo, traeré acá una opinión publicada en Letras Libres
por Rafael Lemus en 2009, en donde, entre otras cosas, dice:
[…]Ahora, después de haber leído En tierras bajas (1982) y
El hombre es un gran faisán en el mundo (1986), además de algunos cuentos
sueltos y un par de entrevistas con la autora, sé que el que busque algo grande
y pesado en la vida y la obra de la nueva Premio Nobel se llevará un merecido
chasco. Lo que hay, para empezar, es una minoría –un pequeño grupo de
ciudadanos suabos, esos individuos de origen alemán que emigraron, a partir del
siglo XII, a la ribera del Danubio y entre los que nació, en 1953, Müller. Lo
que hay es un modesto pedazo de tierra –el Banato rumano, en la frontera con
Serbia y Hungría, escenario de buena parte de sus ficciones. Lo que hay,
finalmente, son lacónicas estampas de la vida de esos suabos, campesinos
miserables y maltratados después de la derrota del nazismo, en la Rumania de
Nicolae Ceauşescu. No mucho más que eso. Suficiente.
A lo largo de su columna demerita la
literatura de Müller, argumentando que su narración está llena de delirios
posmodernos, de prosa elemental y pequeña. Considera que su narrativa es pobre
y que no escribe de grandes temas, como de la dictadura o de las mayorías, pues
se dedica a hablar de las minorías y de los marginales, creando piezas menores.
Se nota que esto lo hace desde sus lecturas, ya que en libros como La piel del zorro o Todo lo que tengo lo llevo conmigo, si habla de la dictadura de
Nicolae Ceausescu.
Lemus dice que la literatura de Müller
corresponde a la literatura menor. Este término lo usaría Franz Kafka para
referirse a la literatura que una minoría hace dentro de una lengua mayor, como
la literatura judía en Varsovia o la literatura mexicana en Estados Unidos.
Otros de los elementos de esta literatura incluye la desterritorialización de
la lengua, la articulación de lo individual en lo inmediato político y el
dispositivo colectivo de enunciación.
Primera: Herta Müller era una alemana
viviendo en Rumanía, su lengua materna y literaria es el alemán y comenzó a
publicar cuando se fue a vivir a Alemania, es decir, el primer punto no aplica.
En cuanto a la desterritorialización de la lengua, Lemus dice que cuando Herta
escribe en alemán lo hace como intrusa y no como nativa –pensando en rumano y
escarbando en el idioma hasta encontrar su propio punto de subdesarrollo, su
propia jerga. En este punto si tiene razón, pues a Herta le gusta usar palabras
del rumano en su literatura, y es que además de tener esta segunda lengua como
hablante, influyeron sus estudios universitarios en filología para tener más
argumentos de utilizarla y estudiarla.
En cuanto al punto en que cada problema
individual se conecta directamente con la política, considero que lo político
está inmerso en la narrativa de Herta Müller, pero de una manera sutil. Pienso
que podemos encontrar más temas que van con la miseria humana, lo sombrío, lo
trágico, incluso lo cómico. Y por último cuando se refiere al dispositivo
colectivo de la enunciación, creo que la literatura de Herta tiene algo de eso,
al menos en El hombre es un faisán en el
mundo. Habría que analizar su demás obra.
Como conclusión y habiendo leído lo
mismo que Rafael Lemus, digo que si bien es cierto que la literatura de Herta
Müller tiene rasgos de lo que Kafka llama Literatura menor, no me atrevería a
colocarla en esa categoría. Herta abarca tanto géneros como temas, con un vasto
lenguaje y conocimiento de mundo. Narra desde la visión de una niña o desde un
hombre adulto. Puede hablar de los grandes conflictos del mundo, mediante las
historias de un pueblo, y creo que aquí reside lo valioso en Müller, ya que
hablar de un hombre, es hablar también de la humanidad.
BIBLIOGRAFÍA
MÜLLER, Herta. (2009). En tierras bajas. Traducción de Juan
José del Solar. Madrid, España.: SIRUELA.
MÜLLER, Herta. (1992). El hombre es un gran faisán en el mundo.
Traducción de Juan José del Solar. Madrid, España.: SIRUELA.
Rafael Lemus. (2009). Herta Müller: por
una literatura menor. 2019, de Letras Libres Sitio web: https://www.letraslibres.com/mexico-espana/herta-muller-por-una-literatura-menor
DELEUZE, Gilles. GUATTARI, Félix. Kafka por una literatura menor. 1975.
México. Ediciones ERA.
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