El hombre que no le temía al fuego

¿Cuántas piedras no juntamos a muerte antes de que el primer fósforo bajara del cielo?

El hombre no come carne cruda, el hombre no mastica
El hombre piensa

La idea estaba en la fricción
Así que hubo quienes restregaron sus cuerpos para ver qué pasaba, pero no ocurrió nada
solo el silencio, de las rocas que amorosas crearon la llama
Entonces el hombre pudo pararse y ser otro
Caminó y no llevó a nadie en la espalda
Una línea encendida lo guiaba y en sus pupilas ondeaba una gota enrojecida de luz

Vino la máquina, el tiempo y la bala

Después no hubo nada qué hacer, a dónde volver, ni cómo apagar aquello
La vida era una llamarada, un incendio

El fuego descontrolado que abrasa algo que no estaba destinado a quemarse

Comentarios

  1. Es curioso pensar que la llama se apaga en algún momento pero es más intrigante si resurgirá de las cenizas o habrá la era de la oscuridad. Gracias por compartir la poesía.

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